


Paralelamente a nivel nacional se observan características propias que inciden en el actual nivel deficitario de participación comunitaria, entre los cuales cabe destacar la percepción de un estado paternalista aún en retirada; la hipnosis colectiva y mediática que afecta a pobladores y vecinos y que los orienta prioritariamente a satisfacer perceptiblemente algo más que sus necesidades básicas por largo tiempo postergadas, incluyendo esto un sobreendeudamiento desbocado que los mantiene con una percepción de seguridad económica que antes no experimentaron; la desaparición pausada de un tipo de liderazgo y la emergencia de otro más horizontal y afectivo que en su fase aún incipiente y post-embrionaria aun no ha tenido la posibilidad de diseminarse y consolidarse a todo nivel, lo que contiene en un estado de adormecimiento los niveles de participación.
A esto contribuye también el actual contexto de transformación de estructuras y estabilización de instituciones, periplo del que Chile viene saliendo y que fue marcado por un sentido de epopeya: la revolución, la contrarrevolución, la transición, y hoy el crecimiento, crecimiento nunca gratuito y que simultáneamente, encuentra a los actores y pobladores desnudos y sin escudos para enfrentar los peligros que él conlleva.
Agregaremos a esto la aparición de factores que se derivan de un proceso global de cambio en que la gestión de la información como nuevo eje de poder, el desplazamiento y reestructuración de relaciones económicas, el rediseño del mapa mundial a niveles ideológicos y financieros y la sensación -en todo caso frágil- de una solidez institucional y tranquilidad a todo nivel, de una u otra forma inhiben y postergan en función de prioridades supuestamente más urgentes la intensidad del deseo e inquietud colectivos de participar comunitariamente en la resolución de situaciones problemáticas que lo aquejan dejando al estado el rol de guardián de sus intereses, solucionador de problemas y gestor unilateral de políticas sociales.
En este contexto, la presente propuesta pretende entregar, en primer lugar criterios de análisis para enfrentar de manera adecuada un proceso base de reversión de la situación marcada por el no interés de líderes naturales de participar en la gestión comunitaria; la falta de herramientas e instrumentos para que éstos puedan desarrollar un trabajo eficaz; y finalmente la deficitaria y en algunos casos inexistente funcionalidad de grupos y organizaciones comunitarias. En segundo lugar, precisar objetivos alcanzables y claros para comenzar a implementar acciones que vayan en función del fortalecimiento de las actuales organizaciones, del empoderamiento por parte de vecinos y pobladores de conceptos e instancias que le permitirán subsanar en gran parte las situaciones problemáticas que impiden un acceso adecuado al mejoramiento de la calidad de vida, la seguridad y la creación de un sentido de comunidad que los preparará para enfrentar otros desafíos mayores que en este momento se perfilan en el horizonte.
Finalmente se expone la propuesta diseñada con el fin de cumplir con los objetivos, planteados también como propuestas susceptibles de ser actualizadas o modificadas en función del lugar o territorio en donde se implementarán.
Se enfatiza la gestión y control de la información tomando en cuenta que el contexto actual en el que se va a desenvolver cualquier líder social hoy en día, está cruzado por la influencia de las tecnologías de información, que de todas formas, pueden ser utilizadas bidireccional e inversamente.
En este mismo sentido se hace énfasis en los procesos y mecanismos de comunicación humana, considerando el manejo y control de éstos como claves más que necesarias para lograr no solo objetivos, sino como herramientas que deben acompañar constantemente el actuar y el intervenir del líder en su entorno.
Información y comunicación, así como también la claridad respecto del rol de líder, sus proyecciones y diferencias con otros conceptos, el control y gestión del conflicto como parte fundamental de la dinámica de grupo; el manejo de la metodología, la identificación de ejes y de elementos clave para repotenciar el actuar y la intervención de la agrupación comunitaria propiamente tal; la identificación de fuentes de financiamiento a nivel de gobierno local y fuentes externas y la identificación de aliados para generar alianzas sinergéticas, elementos todos ellos estructurados alrededor de un plan de formación integral de líderes sociales, dirigido a su vez, a cumplir con el objetivo transversal del gobierno sobre el incremento del nivel de participación comunitaria, son lo que llamamos el inicio de un plan de reversión gradual y sistemática del actual estado de déficit participativo local y por qué no decirlo, nacional". JCPI