viernes, 27 de abril de 2007

ACTUALIZACION SOBRE ORDENANZAS MUNICIPALES

Bernardita Palma, Asistente Social de la Municipalidad de Chiguayante, Dideco, estuvo con nosotros en la primera semana de este mes para actualizar a las directivas de block sobre los aspectos clave de las ordenanzas municipales.



La situación fue muy oportuna pues hay mucho desconocimiento del tema en la villa que agrupa a 432 familias y por el hecho de los problemas que comúnmente se enfrentan, además también por la ausencia ya de casi cinco o diez años de iniciativas en este sentido, pues no ha existido una organización comunitaria territorial que asumiera estas y otras inquietudes y de las que hoy el comité social desde hace un par de meses en desmedro de otras prioridades ha debido hacerse cargo.



Por otro lado lo interesante fue la presencia de un profesor de la Universidad del Bio Bio quien entregó un tema relacionado con la ecología y la forma de generar recursos en base a iniciativas de reciclaje, quien explicó además la relación de la conama y la U del Bio Bio para reconstruir y ampliar el actual invernadero y vivero de la granja educativa, los cuales además son algunos de los objetivos de un proyecto que se desarrollará allí durante este año.

NOTICIAS



Este sábado 28 tendremos nuestra tercera asamblea desde que nos constituimos, las novedades serán la presencia de un doctor que nos ayudará a través de charlas programadas por el equipo de capacitación social, especialmente a las mujeres a cautelar ciertas áreas de cuidado para prevenir enfermedades, y cómo empoderarse de los servicios de salud a través de la gestión por parte de vecinos adecuada para acceder a los servicios especialmente fonasa y muchas otras cosas más relacionadas con la salud.


Por otra parte esperamos a un funcionario de carabineros que debería explicarnos cómo funciona el plan cuadrante y los procedimientos a seguir en situaciones de seguridad ciudadana, se envió carta de invitación a la asamblea al Sargento Juan Carlos Vargas y Capitán de la comizaría Bio Bio de Chiguayante.


Finalmente se dará cuenta de los equipos y se realizará rifa programada por los financistas.


Se solicitará a las directivas de block una reunión cerrada para planificar la constitución de una nueva JJVV y se les invitará a un curso de capacitación de líderes sociales de cinco módulos que durará cerca de dos meses.


Invitaremos a nuestros concejales y esperemos que lleguen.

martes, 3 de abril de 2007

OBJETIVOS CONSEGUIDOS

Aún no ha llegado la hora de evaluar el plan de trabajo, sino en junio. Sin embargo no podemos dejar de destacar nuestra alegría y satisfacción por el hecho de que hemos conseguido en poco tiempo que cada block tenga su propia directiva. Este era un objetivo secundario y a mediano plazo cuyo fin es reconstituir una Junta de vecinos y lo dejamos como secundario para no ahogarnos con el activismo entusiasta típico de algunas organizaciones sociales -uno de los elementos que las lleva a morir indefectiblemente-.


(Reunión constituyente block 3085)


Si bien es cierto nuestro carácter es social cultural hemos tratado de equilibrar las cosas de tal forma de conseguir beneficios sin marginar otras prioridades, es en este contexto que nos alegramos de que cada block con excepción del 3085, cuya directiva no es formal ni legítima aun, pues sólo tienen un presidente, esté finalmente trabajando en función de organizarse, beneficiarse y crecer como vecinos y copropietarios.


No debemos omitir el hecho de las dificultades, una de ellas es la desinformación de algunos vecinos que aun creen que la anterior o las anteriores JJVV existen y están vigentes, con lo cual ellos no asumen una actitud proactiva o de apoyo a sus directivas y por ende a equipos de trabajo que están trabajando por ellos mismos, el algunos casos lo comprendemos, pero en otros nos da la impresión de que se ha asumido esta posición cómodamente simplemente para no comprometerse con el bienestar social ys eguridad de toda la villa.





Por otro lado son varios los blocks o directivas que nos solicitan información, asesoría en gestión comunitaria, y orientación en algunos casos. Esto ha permitido al comité en general no quedarse dormido en los laureles y lo ha obligado a mantenerse en movimiento constante, lo que ha sido beneficioso, pues de esa manera los equipos de trabajo y la directiva han aprendido cosas, han integrado a sus vidas elementos que antes de pertenecer a esta instancia no tenían, con esto logramos que los vecinos (más que nada vecinas) eleven su autoestima comprendiendo que hay cosas que se pueden lograr sólo organizándose, solicitando información y gestionando a un nivel básico y mediano, pero efectivo.



(Reunión informativa block burdeos)

Felicitaciones a todos los que se han esforzado y a la asamblea que los apoya, estos logros no son de personas, sino de todos.

lunes, 2 de abril de 2007


CONDOMINIOS DE VIVIENDAS SOCIALES: una deuda social pendiente 1º parte



La vivienda es una de las necesidades básicas de las personas a satisfacer por toda sociedad. En el caso de Chile, el Estado ha sido pionero a nivel Latinoamericano por las políticas, programas y experiencias de vivienda social, que han permitido reducir el número de familias de escasos recursos y en su mayoría allegadas, que no contaban con una vivienda propia.

La solución habitacional más frecuente dada por el Estado en las últimas décadas al déficit habitacional en las zonas urbanas del país, ha sido la construcción de edificios de viviendas sociales. Cuando ya alrededor de un millón de familias ha accedido a departamentos básicos, se hace indiscutible, que aún cuando se les resolvió el problema de vivienda, se les llevó a condiciones de habitabilidad que han dado pié a graves problemas sociales.

Los habitantes de condominios de viviendas sociales, han pasado de la satisfacción de contar con departamento propio a la frustración de ver afectada su calidad de vida por variadas causas, que se relacionan tanto al equipamiento, tamaño y calidad de los departamentos, como a la falta de preparación con la que se vieron habitando una vivienda y compartiendo bienes comunes, bajo las normas del Régimen de Copropiedad Inmobiliaria.

En definitiva la solución habitacional dada por el Estado ha sido deficiente, no sólo desde un punto de vista arquitectónico, sino que principalmente porque no consideró el desconocimiento de los futuros habitantes de condominios de viviendas sociales respecto a lo que significa vivir en copropiedad. No se les informó respecto a la ley, no se les explicó que tenían que vivir de acuerdo a un reglamento y menos se les apoyó en la organización de la administración de los bienes comunes o se les dio inicialmente una administración externa.

De este modo, es evidente la responsabilidad del Estado en los problemas actuales de las familias que viven en condominios de viviendas sociales, lo que con el tiempo se ha convertido en una deuda social pendiente del Estado, para con un importante conjunto de barrios que hoy en día le dan rostro a la pobreza urbana.

La mayoría de las comunas urbanas ubicadas en la periferia de las grandes ciudades concentran numerosas copropiedades de viviendas sociales, en las que habitan cientos de miles de familias de escasos recursos. Los municipios de estas comunas necesariamente deben intervenir en abordar los múltiples problemas que en ellos se generan no contando siempre con los instrumentos y recursos que ello requiere.

En este escenario, la Nueva ley de Copropiedad Inmobiliaria -que en 1997 el Parlamento y el MINVU sacaron adelante– se constituye en el inicio de una reparación social, ya que en tanto instrumento legal brinda posibilidades para mejorar la calidad de vida de las familias en términos sociales y materiales. Sin embargo, este cuerpo legal por si solo no resuelve los problemas de quienes viven en condominios de viviendas sociales, particularmente de los habitados antes de que entrara en vigencia la ley. Su aplicación no es automática en tanto requiere de una apropiación de la misma por parte de los copropietarios: tienen que dictar su reglamento de copropiedad, tienen que nombrar un comité de administración, y por sobre todo necesitan modificar conductas.


La complejidad de los problemas asociados a vivir en copropiedad, así como las exigencias que la misma ley le impone a los copropietarios cuando quieren servirse de ella, nos han demostrado en la práctica que los habitantes de estos barrios no podrán por si solos revertir su situación y que se hace indispensable la participación de un conjunto de actores públicos y de la sociedad civil, principalmente el Municipio, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, las Juntas de Vecinos y las Organizaciones Locales.

Sin embargo, no basta sólo con que estos y otros actores se involucren, importa también la orientación con la que se aborde el problema; si esta se reduce a la mera aplicación de la ley, es más probable el fracaso y la generación de nuevas frustraciones. Se necesita de un apoyo integral que asuma lo legal, lo organizativo y particularmente la recuperación del tejido social, solo así se podrá avanzar en la reparación del daño.

Las condiciones de vida en condominios de viviendas sociales

La experiencia de vivir en copropiedad, por lo general edificios o blocks, tiene características particulares que la diferencian del habitar en casas, en donde la propiedad es exclusiva. En el régimen de copropiedad cada copropietario es dueño exclusivo de su vivienda y a la vez comparte los bienes que son de dominio común. Sin embargo, la mayor parte de los habitantes de viviendas sociales no saben que viven en copropiedad, no saben que cuentan con bienes comunes que deben administrar, ni que hay una Ley y Reglamento que rige las copropiedades y que establece derechos y deberes para quienes los habitan.

Habitar en copropiedad, puede presentar tanto ventajas como desventajas. Entre las principales ventajas, se reconoce mayor seguridad, acceso a bienes comunes y costos menores al compartir gastos comunes. Pero también existen desventajas y problemas que son especialmente sentidos en los conjuntos habitacionales de departamentos construidos por los Servicios de Vivienda y Urbanismo SERVIU y sus antecesores, denominados condominios de viviendas sociales.

Las desventajas de vivir en condominios de viviendas sociales tienen relación con aspectos físicos y con aspectos sociales. En relación a lo físico las familias que viven en estos condominios, particularmente los construidos en la década de los 80´, lo hacen en muy malas condiciones, primero porque habitan viviendas pequeñas (36mts2), y expulsivas, de mala calidad, con altos índices de hacinamiento y segundo, por el déficit en infraestructura y la precariedad del entorno (sin veredas interiores, sin áreas verdes, sin iluminación, etc).



El hecho de que los habitantes hayan iniciado la ocupación de sus departamentos sin conocer o tener plena conciencia de que habitan en régimen de copropiedad ha influido negativamente en el estado de conservación de los condominios. Con esto nos referimos a situaciones tan complejas como las construcciones ilegales en espacios comunes del primer piso, así como también al abandono de algunas áreas, transformándolas en sitios baldíos propicios para la concentración de basuras e incluso para la ocurrencia de acciones delictuales.

Las áreas comunes, al no haber sido asumidas por una administración, presentan un elevado deterioro ambiental que se evidencia en la presencia de microbasurales, escasez de áreas verdes y terrenos pedregosos que dificultan el acceso hacia los edificios. Dichos elementos constituyen a la vez fuentes de contaminación visual y atmosférica.

El deterioro físico del entorno trae a su vez desventajas sociales dado que afecta el sentido de apropiación del espacio, consiguiendo que los habitantes participen escasamente y menos aún se comprometan con el cuidado y mantención de su entorno, produciéndose un proceso de abandono de los espacios comunes los que finalmente se transforman en “tierra de nadie”.

Por su parte, la sociabilidad en estos barrios se ve afectada tanto porque las condiciones de habitabilidad de la vivienda, ponen en permanente tensión a sus habitantes y el hacinamiento propicia el conflicto, como porque no se cuenta con espacios adecuados para “encontrarse” y recrearse. Los vecinos no sólo se relacionan escasa y conflictivamente entre ellos, sino que la falta de tiempo, el individualismo y la desconfianza que hoy impera, hacen muy difícil que las personas se motiven a participar en la vida barrial. En síntesis, pareciera que nada en estos conjuntos habitacionales estuviera hecho para favorecer la vida en copropiedad.


Dadas las condiciones descritas y sumando a ello la concentración de población de escasos recursos que habita los condominios de viviendas sociales, es que en muchos de ellos se han generado procesos de creciente desintegración social, lo que se evidencia en la presencia frecuente de tráfico y consumo de drogas, violencia intrafamiliar y entre los vecinos, vandalismo, embarazo de adolescente y delincuencia.

Este proceso de desintegración social ha llevado a que los copropietarios asuman conductas y tomen decisiones tendientes a evitar consecuencias negativas en sus familias. Es así como muchos padres envían a sus hijos a vivir en casa de algún pariente, considerando que son lugares más seguros, lo cual trae consecuencias negativas a la dinámica familiar y desarrollo afectivo de los niños y niñas.

Por otra parte, las percepciones del resto de la sociedad sobre los habitantes de condominios de viviendas sociales son negativas, se les asocia a delincuencia, drogadicción, etc. Llegándose a una estigmatización de ellos como “sectores peligrosos”. De allí que muchas familias de copropietarios experimentan un fuerte deseo de emigrar del condominio, incluso algunos prefieren regresar a vivir de allegados pero con mejores condiciones de seguridad a las que les otorga su nueva vivienda.

Este escenario, nos advierte de las dificultades que enfrentan los habitantes de condominios de viviendas sociales cuando intentan organizarse, precisamente para enfrentarlas colectivamente.

Para asumir este desafío y generar cambios se requiere de intervenciones integrales que onsideren tanto las dificultades como las potencialidades presentes en los condominios. Uno de los instrumentos a utilizar en estas estrategias es Ley de Copropiedad Inmobiliaria, que si bien no resuelve automáticamente los problemas ni es perfecta, si entrega elementos positivos a considerar. (agradecimientos a Cordillera)